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Investigaciones Económicas de Bancolombia pronostica una aceleración gradual de la economía en 2019

Resumen:

Se reafirma el pronóstico de crecimiento de 2,6% para 2018 y de 3,2% para 2019. La actividad productiva ganará tracción a lo largo del próximo año, en la medida en que la incertidumbre asociada a la definición de la agenda de reformas económicas se disipe.

  • El equipo de Investigaciones Económicas confirma la expectativa de crecimiento del PIB de 2,6% en 2018 y de 3,2% para 2019.
  • Los precios del petróleo se moderarán a lo largo del próximo año. 
  • El Banco de la República ajustaría, de forma cautelosa, su postura de política monetaria en 2019, mediante el incremento de 50 pbs en su tasa de referencia. 
  • Después de la estabilidad de este año, el déficit en cuenta corriente se ampliaría hasta 3,4% del PIB en 2019. 
  • Como reflejo del compromiso de las autoridades con la regla fiscal, el déficit del Gobierno Nacional no se desviaría de sus objetivos de 3,1% del PIB en 2018 y 2,4% del PIB en 2019. 
  • En 2019 habría depreciación del peso colombiano y aumento de las rentabilidades de la deuda pública.

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El equipo de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia publicó su informe de proyecciones económicas de Colombia para 2019, en el cual se plasma la visión oficial acerca del comportamiento previsto para las principales variables del país.  Los puntos más destacados de este reporte son:

Crecimiento económico 

Queda reafirmado el pronóstico de crecimiento de 2,6% para 2018 y de 3,2% para 2019. La actividad productiva ganará tracción a lo largo del próximo año, en la medida en que la incertidumbre asociada a la definición de la agenda de reformas económicas se disipe. 

Esta tendencia estará soportada en la dinamización de la demanda privada, consecuencia de una recuperación del mercado laboral y de tasas de interés que se mantendrán en niveles que favorecerán las decisiones de gasto en bienes durables y de capital. Además, el ritmo de crecimiento será impulsado por un mayor nivel de gasto de funcionamiento e inversión del sector público. 

Un elemento que puede incidir en el desempeño de la economía en el corto plazo será la ley de financiamiento, que se espera apruebe el Congreso antes de finalizar este año. Aunque los detalles de esta iniciativa no se conocen en este momento, si se definen cambios que incrementen la tributación de las personas naturales y reduzcan la de las empresas, es previsible un impacto en el consumo privado a principios del próximo año, que sería compensado por una mayor aceleración de la inversión. 

En lo que respecta a las actividades productivas en 2019, se prevé que la minería y la construcción vuelvan a mostrar registros positivos, que la industria continúe acelerándose de manera gradual, que la administración pública se expanda por encima del PIB total y que, por vía de una mayor colocación de cartera, el sector financiero experimente un mayor dinamismo. 

Precios del petróleo 

Ya se ha visto el pico del actual ciclo alcista de los precios. En nuestro escenario base, se prevé un barril de Brent que se cotizaría, en promedio, a US $78,9 en el primer trimestre de 2019. A partir de ese punto, el precio empezaría a perder terreno de forma moderada pero sostenida, de modo que su cierre al final del año rondaría los US$71,4. Sin embargo, dada la fuerte aceleración de los últimos meses, la cotización promedio de 2019 estará levemente por encima de la prevista para este año. 

Esta caída moderada de los precios se deberá a que la brecha entre producción y consumo se incrementará y se tornará positiva. La sobreproducción pronosticada para los próximos trimestres está soportada en varios factores: desde la oferta, en los últimos meses Rusia y Arabia Saudita han reversado parte de los recortes de producción; su oferta conjunta está en este momento en su máximo de año y medio. Además, según algunos, los temores alrededor de Irán están sobredimensionados, ya que es posible que dicho país logre seguir exportando crudo a Europa a través de Irak.  

Sin embargo, la fuerza más significativa será la moderación de la demanda. En efecto, se espera que el consumo de combustibles se vea limitado en el corto plazo como consecuencia de la pérdida de tracción de la economía global, la cual se extenderá en 2019. Al respecto es particularmente relevante el dinamismo en el mundo emergente, en particular de China e India. 

Inflación  

Pronosticamos que para el cierre de 2019 los precios al consumidor tendrán una variación de 3,4%, tasa similar a la que prevemos para diciembre de este año. Sin embargo, para los primeros meses del próximo año anticipamos una aceleración de la inflación -hasta 3,81% en marzo- por cuenta de la ocurrencia de un Fenómeno de El Niño de carácter moderado, aumentos adicionales en el precio de los combustibles y una mayor presión en la tasa de cambio. Tales choques serían contrarrestados por un desempeño favorable de la inflación básica, la cual tenderá a converger hacia el 3% ante ausencia de presiones significativas de demanda. 

Otros fenómenos sobre los cuales hay incertidumbre hoy y que podrían afectar el comportamiento de los precios en 2019, serían: una ampliación de la base del IVA en la ley de financiamiento y un ajuste real del salario mínimo por encima del aumento de la productividad registrada en 2018.

Finalmente, es de resaltar que en los primeros meses de 2019 el DANE anunciará la nueva canasta para el cálculo del índice de precios al consumidor, IPC. Uno de los principales cambios que tendrá esta metodología será una reducción en la participación de los alimentos. De acuerdo con nuestros análisis, el peso de esta categoría podría pasar del 28,2% al 24%. Dado el comportamiento previsto de los diferentes rubros para 2019, estimamos que el uso de la nueva base podría reducir la inflación anual en 5 pbs; además, la volatilidad de la inflación se disminuiría en 10 pbs.  

Política monetaria 

Esperamos que el Banco de la República ajuste de forma cautelosa su postura de política monetaria el próximo año, mediante el incremento de 50 pbs en su tasa de referencia, que cerraría en diciembre en 4,75%. Tales ajustes, que se espera se produzcan en el segundo semestre del año, se darían en un contexto de incrementos adicionales en las tasas de interés en Estados Unidos y en una economía cuyo crecimiento tendería a alinearse paulatinamente con su tasa potencial. 

Sector externo  

Después de mantenerse estable este año, el déficit de cuenta corriente se ampliará hasta 3,4% del PIB en 2019. Los principales cambios ocurrirán en la composición del desbalance. Mientras que el déficit de bienes y servicios se contraerá como proporción del PIB, el mayor giro de dividendos de las empresas locales al exterior ampliará el saldo negativo del rubro de ingreso primario. Por su parte, los ingresos netos por remesas se mantendrán ligeramente superiores al 2% del PIB.  

En la cuenta financiera se espera que los flujos de inversión extranjera directa consoliden su liderazgo y que los de portafolio se moderen todavía más que este año. En la inversión directa, las entradas netas de recursos pasarían de 2,6% del PIB en 2018 a 3% en 2019, tendencia consistente con la recuperación de la inversión productiva y una mayor exploración petrolera. Esto compensará el comportamiento de los flujos de portafolio, que se desacelerarán por el menor apetito de los inversionistas foráneos por activos financieros locales. 

Finanzas públicas 

Como reflejo del compromiso de las autoridades con la regla fiscal, no se espera que el déficit del Gobierno Nacional se desvíe de sus objetivos de 3,1% del PIB en 2018 y 2,4% del PIB en 2019. Para el próximo año, el cumplimiento de esta meta estará estrechamente ligado a los ingresos adicionales que se generen por cuenta de la ley de financiamiento y al ajuste de los supuestos que realice el Comité Consultivo de la Regla Fiscal. 

En relación con el primer punto, si el recaudo adicional el próximo año resulta inferior al 1,3% del PIB, planteado por las autoridades, sería necesario un recorte en los gastos por una magnitud similar. Basados en los supuestos con los que se elaboran las metas fiscales, una revisión al alza en los precios del petróleo previstos para este y el próximo año, podrían llevar a un esfuerzo adicional de ahorro, que podría mover el objetivo de déficit al 2,1% del PIB en 2019. 

Mercados financieros 

El próximo año las condiciones financieras globales seguirán siendo desafiantes. Los flujos de inversión a los mercados emergentes, incluyendo Colombia, se moderarán por cuenta de la creciente aversión al riesgo global, los incrementos de tasas de interés en Estados Unidos y la reducción en las hojas de balance de los bancos centrales de los países desarrollados.  

Como consecuencia, para 2019 habría una depreciación de la moneda local y un aumento de las rentabilidades de la deuda pública. El equipo de Investigaciones estima que la tasa de cambio cerrará 2018 en $3.050 y que estará en $3.130 para finales de 2019. Por su parte, se prevé que la rentabilidad de la referencia de TES, con vencimiento en julio de 2024, pase de 6,18% al cierre de 2018 a 6,23% en diciembre de 2019. 

Dirección Corporativa de Comunicación y Reputación   
24 de octubre de 2018

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