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Con un crecimiento esperado de 4,7% para 2021, Bancolombia plantea una perspectiva cautelosamente optimista

Resumen:

El equipo de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del Grupo Bancolombia acaba de publicar sus proyecciones para la economía colombiana en el corto y mediano plazo.

  • Pese a eventuales altibajos, la recuperación que empezó en el segundo semestre continuará y la incertidumbre se moderará paulatinamente. 
  • En 2021, la demanda interna jalonará el gasto agregado, mientras que los sectores productivos seguirán mostrando alta heterogeneidad. 
  • En medio de fuerzas encontradas, esperamos que la tasa de cambio USDCOP promedie $3.550 durante 2021. 
  • La inflación tocaría fondo en el primer trimestre, y luego se encaminaría de forma gradual hacia la meta del Emisor a finales del próximo año. 
  • Antes de terminar el presente año empezaría un ciclo gradual de aumentos en la tasa de intervención. 

El equipo de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del Grupo Bancolombia acaba de publicar sus proyecciones para la economía colombiana en el corto y mediano plazo. A continuación se detallan los elementos más importantes de estos nuevos escenarios:

Entorno internacional 

Luego del fuerte colapso que vivió el año pasado, tanto las entidades multilaterales como la mayor parte de analistas anticipan que la economía mundial experimentará en 2021 una recuperación, de la mano del proceso de vacunación que a la fecha ha empezado en más de 90 países. Como consecuencia, esperamos que los principales socios comerciales del país pasen de contraerse 4,6% en 2020 a crecer 3,5% en 2021.

En lo correspondiente al petróleo, dado que esperamos que el balance entre oferta y demanda mundial de crudo sea ligeramente deficitario, revisamos nuestra perspectiva promedio de la referencia Brent al alza para 2021, desde USD 54 a USD 58. Gracias a ello, estimamos que los términos de intercambio para el país aumentarán 16%.

Con respecto al dólar, esperamos que el USDCOP promedie $3.550 este año. Los desarrollos en el mercado de renta fija de EE.UU., los riesgos fiscales del país, las monetizaciones que efectúe el Gobierno Nacional y el desempeño más favorable de los precios del crudo y los términos de intercambio, son algunos de los factores que mantendrán la balanza de determinantes del mercado cambiario equilibrada durante 2021.

Crecimiento económico

Pese a su lento arranque, y reconociendo que tanto global como localmente se vislumbran riesgos importantes, creemos que este será el año en el que la economía colombiana pasará del modo de crisis al que la llevó el Covid-19, a una fase de recuperación que la conducirá a un destino más favorable.

Para 2021 proyectamos un crecimiento económico entre 3,8% y 5,9%, con un escenario central de 4,7%. Esta cifra implica que al final de este año el PIB estaría en un nivel equivalente al 98% de lo observado antes de la pandemia. Asimismo, para el siguiente quinquenio prevemos un crecimiento promedio de 3,4%.

En lo que respecta a la demanda, después de haber sido el rubro del gasto privado que menos retrocedió en 2020, prevemos que el consumo seguirá exhibiendo una tendencia favorable. Esto será posible por la baja inflación, las condiciones de financiamiento favorables, la reducción en el desempleo y los ingresos por remesas.

En cuanto al comportamiento sectorial, después de que tan solo 4 sectores productivos lograron expandirse en 2020, para este año esperamos que todos los renglones de la oferta presenten variaciones positivas. A pesar de ello, la heterogeneidad será el rasgo distintivo del desempeño sectorial en 2021.

Nuestra expectativa de crecimiento implicará una corrección pausada en el desempleo urbano, desde el 18,4% observado en 2020 hasta 16,5% en 2021 y 13,6% en los años siguientes.

Finanzas públicas

Para 2021 proyectamos un déficit del Gobierno Nacional de 8% del PIB, lo que sería más que el anunciado por el Comité Consultivo de la Regla Fiscal (7,6% del PIB). Esta expectativa está sustentada en la extensión de los programas de ingreso solidario y apoyo a las nóminas durante todo el presente año, así como un mayor gasto asociado a la atención a la pandemia. 

Este esfuerzo adicional de gasto no sería completamente compensado con los ingresos provenientes de la venta de ISA a Ecopetrol y las mayores utilidades del Banco de la República. Además, los ingresos tributarios de 2021 podrían afectarse como resultado de la contracción de la economía y el deterioro de los resultados corporativos el año anterior. 

Para los siguientes 5 años prevemos una senda de consolidación fiscal mucho más gradual que lo contemplado en el último Marco Fiscal de Mediano Plazo, en línea con las recomendaciones formuladas por el FMI al concluir sus consultas del artículo IV hace algunas semanas. Un ajuste más pausado sería apropiado de cara al proceso de recuperación prolongado por el que transitará nuestra economía, pero requerirá de una modificación a la regla fiscal. 

Inflación y tasas de interés

Pronosticamos que en diciembre de 2021 la variación del IPC se situará en 2,4%. En su trayectoria a lo largo del año, estimamos que a partir del 2T21 la inflación 12 meses empezará a acelerarse, con lo que retornará hacia niveles del 2%. Dicha aceleración estaría explicada, en buena medida, porque en dicho periodo el IPC se comparará con las bajas lecturas de mayo y junio de 2020, cuando se materializó la mayor parte de los alivios que desplegó el Gobierno sobre los precios. 

Esta tendencia alcista sería más evidente en la inflación básica, que hacia finales de este año vería un impulso adicional por cuenta de la recuperación de la demanda interna y por el ajuste al alza en los precios de la gasolina, en línea con nuestra previsión para los precios del petróleo. Dado que la dinamización de la economía se extendería más allá del presente año y los choques a la baja se disiparán, prevemos que para finales de 2022 la variación del IPC alcanzará la meta de 3% del Emisor. 

Con respecto a la política monetaria, prevemos que antes de que termine el presente año, el Emisor empezará un ciclo paulatino de incrementos en la tasa de intervención. Este cambio se daría en el contexto de una inflación observada que se incrementaría de forma gradual, una actividad productiva que continuaría ganando tracción, y un balance de riesgos que podría tornarse más cada vez más retador. 

Como resultado de lo anterior, consideramos que la Junta del Banco de la República adoptará un accionar de ajuste cauteloso que, sin amenazar el proceso de recuperación, contribuiría a hacer al país menos vulnerable a un deterioro en las condiciones de fondeo externo. 

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