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Bancolombia reafirma su perspectiva de mayor crecimiento económico en 2019

Resumen:

El equipo de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia publicó este jueves su informe de actualización de proyecciones económicas para 2019, en el cual se plasma la visión oficial acerca del comportamiento previsto para las principales variables de nuestro país. Conoce los puntos más destacados de este reporte.

  • Se espera que el crecimiento del PIB se acelere a 3.2 %, la tasa más alta desde 2014.
  • La inversión será el principal protagonista de la recuperación económica.
  • Los sectores líderes este año serán industria, comercio, construcción, administración pública y sector financiero.
  • Pese a que se acelerará, la inflación se mantendrá en el rango meta y cerrará el año en 3.4 %
  • Se prevé solo dos incrementos de la tasa repo en el segundo semestre.
  • La tasa de cambio promedio para 2019 se estima en $3.150.
  • El déficit en cuenta corriente se ampliará hasta 3.9 % del PIB.
  • Los riesgos fiscales en el corto plazo están contenidos. Sin embargo, cumplir las metas de déficit de los años siguientes será retador.

Crecimiento económico

Después de un estimado de 2,6% el año anterior, prevemos que en 2019 el PIB se expandirá a una tasa de 3,2%. Esta proyección, que mantenemos inalterada, implica que este año Colombia exhibirá la tasa de crecimiento más alta desde 2014. La inversión se consolidará como el rubro más dinámico de la demanda, con un crecimiento que ajustamos desde 3,5% hasta 5%. Esta revisión refleja el impacto favorable proveniente de los estímulos tributarios a las empresas previstos en la reforma de finales de 2018. Entretanto, esperamos que el consumo, tanto en su componente privado como público, seguirá mostrando un desempeño sólido. Por el contrario, las exportaciones netas sustraerán al crecimiento del PIB en una mayor magnitud debido a los desafíos globales.

Igualmente, anticipamos un desempeño sectorial más balanceado, en el que ninguna actividad productiva se contraerá. Pronosticamos una aceleración más pronunciada de la industria, el comercio, la construcción, la administración pública y el sector financiero. Estas actividades, que en conjunto explican en 55% del PIB colombiano, se beneficiarán del buen momento de la demanda interna. En contraposición, redujimos las proyecciones de la agricultura y la energía, como resultado de las afectaciones generadas por el fenómeno de El Niño.

Entorno global

Durante el primer mes de 2019 tanto los indicadores líderes como las proyecciones de diversas entidades coinciden en señalar una ralentización de la actividad económica en los países desarrollados, así como en los emergentes. El FMI redujo en 2 décimas hasta 3,5% su pronóstico de crecimiento para el presente año, lo que supondría un registro inferior al promedio observado en la presente década. Como consecuencia, esperamos que el crecimiento de los socios comerciales de Colombia pase de 2,7% en 2018 a 2,5% en 2019, lo que incidirá en el desempeño del sector exportador.

La desaceleración también incidirá en los precios de las materias primas, ya que supondrá un menor crecimiento de la demanda por este tipo de bienes. Este factor, sumado al aumento de la producción por parte de los países que no forman parte de la OPEP, acentuará la sobreoferta en el mercado petrolero durante el primer semestre. Por lo tanto, luego de ubicarse en US$71,6 en 2018 pronosticamos que el precio promedio de la referencia Brent para este año pasará a US$62,5. Como resultado, los términos de intercambio retrocederían en 2019 un 3,3%.

Inflación y tasas de interés

Reafirmamos nuestra expectativa que la inflación cerrará el año en 3,4%. La aceleración de los precios al consumidor frente al 3,18% observado en diciembre pasado estará promovida por varios factores: el ajuste del salario mínimo por encima de la productividad laboral, la ocurrencia del fenómeno de El Niño en la primera parte del año, el traspaso de la depreciación cambiaria a los bienes transables y los efectos de la actualización de la metodología del IPC. A pesar de que los riesgos están sesgados al alza, su magnitud no será suficiente para impulsar la inflación por encima del rango meta del Banco de la República.

En cuanto a la política monetaria, esperamos que el Banco de la República acerque de forma gradual su postura actual hacia un terreno menos expansivo, mediante el incremento de 50 pbs en su tasa de referencia, que cerraría en diciembre en 4,75%. Este ajuste, que esperamos se produzca en el segundo semestre del año, será consecuente con riesgos inflacionarios que serán manejables, un crecimiento que seguirá siendo inferior al potencial y menores incrementos de tasas de interés en EE.UU.

Sector externo y tasa de cambio

Luego de que el año anterior se ampliara en 4 décimas hasta un estimado de 3,7% del PIB, para 2019 anticipamos que el déficit en cuenta corriente pasará a 3,9% del PIB, cifra que revisamos al alza desde 3,4.  Tal comportamiento será el resultado de un mayor desbalance en el intercambio de bienes y servicios, en el que incidirán la reducción en los precios de las materias primas, la ralentización de las exportaciones y el incremento de las importaciones.

En la cuenta financiera de la balanza de pagos, esperamos que los flujos de inversión extranjera directa sean la principal fuente de financiación del desbalance con externo. En la inversión de portafolio, hemos ajustado al alza los flujos al mercado de TES ante la reducción en la retención en la fuente a los inversionistas extranjeros y la perspectiva de que la normalización de la política monetaria en los países desarrollados será menos pronunciada.

En lo que respecta a la cotización del peso frente al dólar, pese a que mantuvimos inalterado el pronóstico de tasa de cambio para diciembre de 2019 en $3.130, revisamos al alza el promedio anual desde $3.100 hasta $3.150. Tal ajuste refleja el cambio frente a las expectativas de la economía mundial, los términos de intercambio y la posición externa del país. Esperamos que la mayor presión alcista sobre la moneda local se presente en el primer semestre, y que para la segunda mitad del año se produzca una leve corrección gracias a la estabilización en las cotizaciones del crudo y el fin de los incrementos de tasas del FED. 

Perspectivas fiscales

La aprobación de la ley de financiamiento, junto con las medidas de ajuste que adelantarán las autoridades y algunas contingencias positivas en materia de ingresos, hará que los riesgos fiscales estén contenidos en el corto plazo. De esta manera, esperamos que el déficit del Gobierno Nacional no se desvíe de su objetivo del 2,4% del PIB en 2019. 

Sin embargo, la perspectiva de las finanzas de la Administración Central en el mediano plazo luce particularmente retadora. La senda de reducción del déficit prevista por la regla fiscal requiere pasar de 3,4% del PIB en 2018 a 1,4% del PIB en 2022. Además, los ajustes recién aprobados al estatuto tributario tendrán un efecto negativo sobre el recaudo desde 2020. En ese sentido, nuestros cálculos muestran que hay una brecha de déficit por ajustar de 1% del PIB en 2020, 1,4% del PIB en 2021 y 1,5% del PIB en 2022. Por lo tanto, será necesaria la adopción de medidas adicionales de amplio alcance que contribuyan a la consolidación fiscal en los próximos años.   

31 de enero de 2019
Dirección Corporativa de Comunicaciones y Reputación

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