Uno de los objetivos de la más reciente reforma tributaria era estandarizar las bases contables (activos, pasivos, patrimonio, costos, ingresos y gastos), con el fin de que se convirtieran en un referente para efectos fiscales. Esto genera una serie de efectos en la aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) o IFRS por su sigla en inglés.
De acuerdo con Yaneth Viáfara Rentería, Gerente de Estructuración Tributaria de Leasing Bancolombia, hasta diciembre de 2016 en Colombia existían dos bases diferentes: el reconocimiento bajo NIIF y el reconocimiento fiscal, que estaba establecido en el Decreto 2649. La diferencia general para estos dos tratamientos se controlaba en un libro fiscal.
“El impacto de la reforma en el cierre de este año fiscal se puede resumir en que se va a utilizar una sola base contable, que se conciliará con las normas y parámetros fiscales vigentes. Ese ejercicio generará diferencias que deberán tener un control detallado”, explica.
Esto se convierte en un desafío para este tipo de empresas, si se tiene en cuenta que muchas de ellas no son lo suficientemente estructuradas desde el punto de vista contable y fiscal, ni invierten en mejorar sus recursos con el objetivo de que la contabilidad y las declaraciones sean lo más razonables posibles.
Por eso, para que las pymes puedan cumplir con sus obligaciones de manera satisfactoria, Viáfara Rentería recomienda:
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