El aumento de la demanda ha impulsado los precios en la avicultura en Colombia en 2023

Actualidad economica y sectorial09-10-2023

Al igual que en otros sectores de la economía, la perspectiva sobre el comportamiento en el sector avícola ha venido mejorando tras la estabilización de algunos referentes macroeconómicos que aumentan la confianza de los empresarios.

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en julio de este año la inflación se ubicó en 11,78 % anual frente al 12,13 % obtenido en el mes de junio, lo que significó un descenso, por cuarto mes consecutivo, del indicador en Colombia.

La carne de aves y el huevo continúan siendo unos de los productos que más impulsan la variación anual de IPC del país (Índice de Precios al Consumidor), con participaciones de 0,17 % y 0,11 % año-año en julio, aunque hay que anotar que el huevo, por ejemplo, cayó -0,24 % en el dato mensual de la medición del séptimo mes del año. El pollo, por su parte, subió 1,50 % en el mes.

“Hemos observado que, en el año 2023, y parte del 2022, se ha generado una mayor demanda por productos avícolas. En el caso de la carne de pollo, ante una reducción en la carne de bovino -hace ya dos años- hubo una mayor sustitución y le permitió llegar a volúmenes bastante interesantes que superaban la tendencia histórica de crecimiento que eran del orden de 3,2 % o 3,5 %”, expuso Fernando Ávila, director del Programa Económico de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi).

Un reporte de la agremiación anotó que actualmente se presenta un ajuste entre oferta y demanda en el caso del pollo que ha permitido una recuperación en los precios en la coyuntura del último bimestre, “con valores nominales sobre los $10.000 el kilogramo, sin impactar el consumidor. De hecho, el IPC pollo, anualizado a junio, cerró en 11,13 %, y en año corrido en 4,38 %”.

El consumo per cápita en Colombia de los productos avícolas ha estado por arriba de su tendencia. En efecto, en el caso del huevo se pasó de un incremento en 30 unidades año entre el 16 y el 19, a 43 unidades en los últimos cuatro años; mientras que el renglón de pollo incrementó de 2,6 a 3,8 kilos en el mismo período, según las cifras de la agremiación.

Una de las explicaciones del fenómeno es que a raíz de la pandemia se empezaron a generar dinámicas donde se usaba el huevo con mayor facilidad, tanto en sus platos diarios como en repostería. “Luego, en 2022 y 2023, el tema inflacionario generó una sustitución en muchos productos y proteínas que migraron hacia el huevo. Este ha sido uno de los productos que ha tenido el menor impacto inflacionario. Alimentos como la yuca, la papa o el arroz crecieron más de 50 % y para familias de estratos 1 y 2 el ingreso disponible para el gasto de alimentos se redujo”, dijo el experto de Fenavi.

La producción

De acuerdo con un informe de la Dirección de Investigaciones Económicas de Bancolombia, la disminución en la demanda local de carne de res está ocasionando que se empiecen a estabilizar los precios de las demás proteínas.

“Los aumentos en el precio de la carne de res, que llevó a sustituirla por mayores compras de cerdo y pollo, impulsaron el crecimiento del mercado de proteína el año pasado. Sin embargo, en 2023, la demanda de carne de res ha comenzado a retroceder, lo que ha estabilizado los precios del ganado gordo, y parece reducir esa tendencia de sustitución. A junio de 2023, tanto los precios como la producción de cerdo y pollo se han desacelerado. Con la realidad económica actual, independiente de qué pase con la polémica reapertura de mataderos municipales, es de esperarse un 2023 y 2024 de menor crecimiento en el mercado de las carnes”, indicó el documento.

En ese contexto, en el primer semestre del año, la producción de pollo en Colombia se redujo 1,1 %, al pasar de 888.461 a 878.407 toneladas. Para Fenavi, esta cifra contrasta con las proyecciones iniciales, que marcaban un crecimiento de 1,3 %, pero “se observa un proceso de ajuste normal, en especial, por el crecimiento de la producción del año pasado, que cerró en 8,5 %”.

En el caso del huevo hubo un incremento de 1,1 % en la producción, que llegó hasta las 8.283.6 millones de unidades, un resultado que no genera alerta en el gremio pues estaba entre lo previsto, según el encasetamiento de pollita registrado desde el 2022.

“Esto nos permite avanzar en las estimaciones hasta octubre del presente año. Así, en un periodo de diez meses, hasta octubre, se tendría un crecimiento de 3,1%, que posibilita proyectar una variación positiva, al cierre del año, cercana a 3,5 %”, recalcó la agremiación.

Precios de los insumos

Las perspectivas del sector avícola están siendo muy positivas para el resto del año, y parte del positivismo, que ya se refleja en resultados, tiene que ver con la caída de los insumos internacionales que facilitan las condiciones operativas para el productor.

El maíz y el fríjol soya marcan una reducción en lo corrido del año del 14,40 % y 12,05 % respectivamente, según indicó el gremio.

“Esta tendencia a la baja traerá como efecto derivado una reducción en el indicador ABA en los próximos meses, con una alta probabilidad de que se mantenga a la baja por el resto del 2023. De ahí que productores y consumidores verán el efecto del menor costo y, por ende, del menor precio de los productos finales”.

Además, Ávila hizo énfasis en que la dinámica de este mercado ha permitido que la competitividad de las empresas de alimento balanceado tenga un mecanismo de transferencia de precios muy ajustado a la tendencia de los costos de compra de sus materias primas.

La sostenibilidad en el sector avícola

De tiempo atrás las exigencias normativas para el desarrollo de la actividad productiva avícola han venido siendo más exigentes. De un lado, hay mayor énfasis en el tema ambiental relacionado con el manejo de los desechos orgánicos, tratamientos del agua, manejo de olores, entre otras variables; y también hay especial atención en tener las granjas seguras.

En consecuencia, Fenavi desarrolló un sello de sostenibilidad que permite unificar el paquete de estrategias técnicas y administrativas para calificar el buen nivel de desarrollo en cada una de las empresas. “Desde el punto de vista técnico es todo lo que corresponde al manejo del agua, tierra, aire. Es un elemento de control, de seguimiento. Y todo esto es con el objetivo principal de lograr que las granjas sean y se mantengan bioseguras”, finalizó el experto de Fenavi.

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